dimecres, 6 de febrer del 2008

La Stasi britànica

Enric (que últimament ha tingut alguns problemes amb l'accés al P@tio, i per això ho penge jo) proposa per a la vostra atenció el text següent:

La Stasi británica

Timothy Garton Ash

Esto tiene que acabarse. En el Reino Unido, la capacidad fisgona del Estado está completamente descontrolada. Los británicos caminamos dormidos hacia una sociedad vigilada, y es preciso que nos despertemos.
Cuando la Stasi empezó a espiar mis movimientos en Alemania del Este, hace 30 años, yo había llegado allí sabiendo que iba de uno de los países más libres del mundo a uno de los menos libres. Creo que tenía razón entonces, pero desde luego no la tendría en este momento. A los ciudadanos de Alemania del Este se les espía hoy mucho menos que a los del Reino Unido. El grupo de derechos humanos Privacy International dice que el Reino Unido es un "caso endémico de sociedad de la vigilancia", junto a China y Rusia, mientras que Alemania obtiene una clasificación mucho mejor.
Un informe oficial del Comisario de Interceptación de Comunicaciones británico acaba de revelar que casi 800 organismos públicos están efectuando cerca de 1.000 solicitudes diarias de "datos sobre comunicaciones", que incluyen intervención de teléfonos e historiales de llamadas de móviles, correos electrónicos y visitas a páginas web, para no hablar del viejo correo tradicional. La página web del Ministerio del Interior británico especifica que todos los proveedores de servicios de comunicación "pueden recibir una nota en la que se les exija mantener una capacidad de interceptación permanente".
Los fantásticos progresos de la tecnología de la información y las comunicaciones ofrecen al Estado -y también a las empresas privadas- unas posibilidades técnicas que para la Stasi no habrían sido más que un sueño. Hoy en día, la mayor parte de la vida de cualquier ciudadano razonablemente próspero tiene un seguimiento electrónico, minuto a minuto y centímetro a centímetro, a través de sus llamadas de teléfono, tanto móvil como fijo, sus correos electrónicos, sus búsquedas en Internet, sus compras con tarjeta de crédito, sus apariciones involuntarias en circuitos cerrados de televisión, y así sucesivamente. Si la policía secreta de Alemania del Este hubiera contado con esas súper herramientas, mi expediente en la Stasi habría tenido, al menos, 3.000 páginas, en lugar de sólo 325.
Como consecuencia, todas las democracias liberales tienen que proteger aún más los datos, la intimidad y los derechos civiles sólo para seguir siendo tan libres como hasta ahora. A medida que la tecnología eleva el nivel del tráfico de información, es preciso que levantemos más diques protectores. El inquebrantable Comisario de Información, Richard Thomas, está librando una valiente batalla en ese sentido. La advertencia de que los británicos "caminan dormidos hacia una sociedad de la vigilancia" es suya.
Porque, al mismo tiempo que él intenta reforzar los diques, otros brazos más poderosos del Gobierno se dedican a derribarlos, en nombre de la lucha contra el terrorismo, el crimen, el fraude, los abusos infantiles, las drogas, el extremismo religioso, el racismo, la evasión fiscal, la velocidad excesiva, las infracciones de estacionamiento, los escombros en lugares no autorizados, la gente que deja demasiadas bolsas de basura delante de su casa y cualquier otro "riesgo" que esos casi 800 (entrometi-dos) organismos públicos consideren merecedor de su "protección".
Pues bien, demos gracias a la niñera, pero que se vuelva a Alemania del Este. Prefiero seguir siendo un poco más libre aunque eso signifique vivir un poco menos seguro.
Reconozco que la amenaza de los terroristas suicidas locales, como los que atacaron Londres el 7 de julio de 2005, es especialmente difícil de detectar. Reconozco que exige unos poderes extraordinarios de vigilancia y prevención. Hay que recalibrar el equilibrio entre seguridad y libertad. Ahora bien, en el último decenio, el Gobierno británico se ha inclinado excesivamente hacia lo que se supone que es más seguridad.
Un instinto fisgón, autoritario y desmesurado en todos los niveles del Gobierno y, hasta hace poco, una prensa exaltada que exigía sin cesar que "se hiciera algo": esta combinación nefasta ha convertido al Reino Unido en un guía oscuro. La cuna del liberalismo se ha transformado en el Estado de las bases de datos. Tenemos más cámaras de circuito cerrado que nadie. Existen planes avanzados para centralizar todos nuestros historiales médicos e implantar los carnets de identidad biométricos más elaborados del mundo.
Todo ello, idea de un Gobierno que, después de haber recogido tantos datos sobre nosotros, se dedica a perderlos como un borracho nocturno que vacía el contenido de sus bolsillos en la calle. Las autoridades fiscales han extraviado los detalles relativos a 25 millones de personas; se ha perdido un ordenador portátil de la Marina que contenía los de otras 100.000, y así sucesivamente.
Mientras tanto, el Gobierno británico acaba de presentar al Parlamento su último proyecto de ley antiterrorista. Además de la famosa propuesta de aumentar el periodo de detención sin cargos a 42 días, se incluyen disposiciones que, como explican las notas oficiales, permiten a cualquiera proporcionar información a los servicios de inteligencia "independientemente de cualquier obligación de mantener en privado la información y de cualquier otra restricción" (aparte de las que se mencionan en un par de cláusulas secundarias muy elásticas). El servicio podrá después compartir o revelar dicha información más o menos a su antojo.
Esto no puede seguir así; e incluso los más acérrimos defensores de un gobierno firme están empezando a decirlo. El conservador Daily Mail, ese príncipe entre los partidarios de la mano dura, ha publicado un artículo de fondo cuya conclusión era que "con este Gobierno -del que habría estado orgullosa la Stasi-, el equilibrio entre el poder del Estado y la libertad individual se ha torcido de forma escandalosa. Es preciso restaurarlo". Es un asunto en el que la prensa y los políticos de izquierda están empezando a mostrarse de acuerdo.
Por supuesto, la floritura sobre la Stasi es una hipérbole. Yo viví bajo el poder de la Stasi, y sé que estamos muy lejos de esa situación. Pero la cantidad de información recogida y compartida -sin olvidar la perdida- por el Gobierno británico es muy superior a los modestos 160 kilómetros de expedientes de la Stasi. Las posibilidades de que, si caen en malas manos, puedan utilizarse con fines perversos son enormes. La libertad no se conserva sólo confiando en las buenas intenciones de nuestros gobernantes, funcionarios y espías. El camino hacia el infierno está empedrado de buenas intenciones.
Confío en que los demócratas liberales, los conservadores, los diputados laboristas y la Cámara de los Lores otorguen al nuevo proyecto de ley antiterrorista la bronca que se merece. Algunos de nuestros organismos de control y de los jueces más independientes están dando ya la señal de alarma. Si, pese a todo, el Gobierno es tan tonto como para tratar de implantar los nuevos carnets antes de las próximas elecciones, esa medida podría ser para Gordon Brown lo que el impuesto per cápita fue para Margaret Thatcher: el instante catastrófico en el que la opinión pública se volvió contra el Gobierno.
El líder de los demócratas liberales, Nick Clegg, ha dicho que está dispuesto a ir a la cárcel antes de aceptar un carnet de identidad que suponga semejante intromisión. Yo también. Y me da la impresión de que también lo estarían miles de nuestros conciudadanos. Por eso creo que el Gobierno no va a hacer esa tontería. Pero debemos trazar la línea mucho antes de los carnets de identidad. Hay libertades a las que ya hemos renunciado mientras dormíamos y tenemos que reclamar que nos las devuelvan.

18 comentaris:

Anònim ha dit...

El tema que es planteja ací m'atreu poderosament, el que passa és que l'altre, sobre educació, continua candent i ja és difícil estar pendent de tot plegat. Però obro foc, més que res per si algú s'hi apunta.

Llegint-lo m'és inevitable pensar en un article del Guillelmus Polonus sobre la ment captiva del Cz. Milosz que va acabar, essencialment, com a pròleg de la seva magnífica traducció, publiada per la universitat de València (he mirat si el trobava en la seva pàgina web, però no hi és... i crec que no hi ha estta mai: ja ens ho confirmarà). Recordo que en aquell treball, entre altres coses, feia veure com un llibre escrit tenint en el punt de mira els sistema estalinista es podia aplicar sense gaires problemes a la nostra societat actual -cofoiament democràtica-.

Es dóna la punyetera casualitat que hi ha un altre llibre, de nissaga semblant a la del Milosz i que ha viscut una història semblant: Fins a quin punt el 1984 de l'Orwell no és ara més "actual" -més vigent- que in illo tempore? Curiós, no? I, d'altra banda, una novel·la, catalogada com de "ciència ficció" (!!), que serviria per a lligar aquest tema amb el de l'educació i les humanitats que hem tractat darrerament, podria ser la de Fahrenheit 451, del R. Bradbury.

El tema és molt complex, té moltes conseqüències i és ple d'aparents contradiccions. Fixeu-vos que ací mateix estem utilitzant Internet (la web 2.0) per a parlar d'un sistema socioeconòmic que sembla que no ens agrada gaire, almenys en tots els seus aspectes, i que aprofita les noves tecnologies com la primera revolució industruial va fer amb la màquina de vapor... Però, és clar, si en aquell moment el ludisme va ser una sortida per la tangent absolutament curta de mires, el rebuig d'Internet avui dia en seria un equivalent. Però, alhora, és ben cert que estem creant una societat com més va més autoritària i més irrespirable. Fins a quin punt anem a un nou "autoritarisme d'estat"? -m'estimo més fer servir aquest terme que recórrer a possibles anacronismes com ara "nou feixisme", etc.-. Fins a quin grau arribarem? Fins a quin punt part del que anomenem "correcció política" no n'és més que una mena d'avanatguarda ideològica o, fins i tot, una mena de formulació d'allò que Orwell denominava "neollengua"? Ho pregunto perquè no hi tinc respostes -no són, doncs, preguntes retòriques-. Com a molt, tinc algunes intuïcions o sospites, però res més...

Ja n'hi direu alguna cosa...

Guillem Calaforra ha dit...

Buenu. Ja que Exemplator m'ha esmentat amb tanta lloança hiperbòlica, permeteu-me entrar-hi amb una anècdota personal. Relacionada, a més, amb un dels llibres citats.
L'any 2004, preparant la versió catalana de La ment captiva, va contactar amb mi el fill de Milosz, Anthony. El text que ha esmentat Exemplator havia agradat al pare i al fill (s'havia publicat primerament en francès), i tots dos volien que en fes una versió polonesa. Resulta que després de l'estiu s'havia de publicar una edició massiva del llibre per acompanyar un dels exemplars del diari més venut del país, la Gazeta Wyborcza, i volien que el meu article anés preparant el terreny. Determinada persona va traduir-lo, doncs (amb certa mala traça, per cert), i Anthony va fer-lo circular per temptejar-ne la publicació a la Wyborcza. Un dels lectors experimentals (anònim) li va fer uns quants comentaris que ell em va reenviar, amb "contracomentaris" seus. Encara que siga llarg, us en traduesc un passatge (en lletra normal els comentaris "anònims", en negreta i dins parèntesis quadrats els "contracomentaris" d'Anthony adreçats a mi):

"Sincerament, el text no m’entusiasma tant com als seus anteriors lectors. Segons jo ho entenc, la seva tesi es pot resumir dient que els mecanismes de “captivació de la ment” que descrivia Miłosz tenen a veure no sols amb el comunisme, sinó també, per exemple, amb els fanatismes religiosos contemporanis [està molt bé que el gos haja trobat aquest rastre]. No em sembla que aquesta tesi constitueixi un descobriment gaire enlluernador; d’altra banda, seria més interessant que el text entrés més pel camí de l’assaig politològic i es referís més a mecanismes d’engany contemporanis concrets, en comptes de quedar-se en consideracions generals [ací, evidentment, caldria entrar en exemples concrets arriscats, per exemple... Radio Maryja, SLD, Daimler-Chrysler, Putin i... que potser no serà millor que ens quedem en la teoria?]. De vegades és simplement una manera de dir quelcom de conegut amb paraules noves, perquè per a dir que Miłosz en aquest llibre volia defensar la seva independència de pensament i donar testimoni de la veritat és completament innecessari remetre’s a Foucault... [potser millor això que no remetre’s a icones locals, almenys es té el plaer, si és el cas, de fotre el cop de peu en un cul més conegut].

En canvi, em sembla intranquil•litzadora [ahà!] la tesi segons la qual l’actual ordre politicoideològic del món es revela quasi pròxim al totalitrisme, tesi que sembla ser (potser és un cert estereotip) quelcom fàcil de formular per a un intel•lectual occidental [no, benvolgut senyor, no ho sembla. Jo, amb el seu permís, ja abans de l’11-S vaig comptar 44 càmeres manejades per control remot en una estació de metro de Londres, i quan vaig eixir al carrer i vaig començar a comptar-hi les càmeres als pals a la fi em vaig descomptar. Una amiga meva, la senyora Maja, l’oficina de la qual va quedar destruïda per una explosió causada per treballs a casa d’uns irlandesos, aquell mateix dia va rebre per correu una multa del jutjat per un excés ínfim de velocitat per un carrer buit de Londres a les dues de la matinada, i això a causa d’una càmera que va enregistrar el seu terrible delicte i la seva matrícula però que, dissortadament, no va capturar cap irlandès]."
Doncs sí, la veritat és que el que diu Ash és quelcom evident, fins i tot per a un home "d'ordre" com l'Anthony. Un altre dia us exposaré aquell intercanvi epistolar, molt a propòsit del tema que ha obert l'Enric.

Guillem Calaforra ha dit...

Es podria fer un recompte quotidià i pràcticament inacabable de mostres d'aquesta deriva cap a l'assalt de la intimitat (o de la llibertat de no saber-se permanentment observat). Mireu com es van enllaçant el Big Brother i la paranoia xenòfoba:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/contrasena/favor/elpepusoc/20080209elpepisoc_2/Tes
I després entreu ací:
http://www.privacyinternational.org/article.shtml?cmd[347]=x-347-559597
Com haureu vist, l'únic país que ha millorat en la defensa d'aquest dret a l'anonimat és... Eslovènia! Manda huevos! Ja no sé quin és el pròxim país on hauria d'emigrar jo! Casco de vida!

Guillem Calaforra ha dit...

Perdoneu, el Blogger no em deixa posar vincles. A veure si així funciona:
Article El País
Privacy International

Unknown ha dit...

Volia parlar-vos d'una pel·lícula que vaig veure anit. Crec que ací pot ser un bon lloc per al comentari, ara vereu per què ho dic. Es tracta de Cuatro meses, tres semanas y dos días, una pel·lícula rumana que ja ha guanyat diferents premis, merescudament, segon la meua opinió. Es desenvolupa a Romania, durant els anys de la dictadura de Ceaucescu. En molts llocs trobareu que tracta de l'avortament clandestí i les seues conseqüències. Bé, jo crec que això només és un pretext per a parlar de la situació de por, del absolut control i vigilància a la qual estaven sotmesos aquests ciudatans, és a dir, de la represió del règimen comunista en aquest país. Fa un retrat d'aquesta situació esborronador: les condicions de vida dels estudiants en la pensió, l'angoixa de la protagonista, l'escena del sopar en la casa del seu amic és tremenda, la manca d'escrúpols del metge... Podria seguir o donar més detallas, però no vull fastiguejar-vos la pel·lícula.
Només us la recomane molt encarecídament. És molt molt dura, però hi ha que veure-la. Jo encara no em puc llevar del cap certes escenes, i sensacions, però d'això és tracta, no?
Ja em direu com se us queda el cos i el cor després de veure-la!

Enric ha dit...

Doncs sí, Milosz, Orwell, Bradbury són referències ineludibles avui, com molt bé indica Exemplator. Jo afegiria les reflexions de Bauman i de Sztompka penjades al Patio, en relació a com la manipulació de la por s´ha convertit en l´arma de legitimació d´un estat cada cop menys compromés amb els serveis públics, i en referència a com l´absència d´un clima social de confiança ens pot fer acceptar més fàcilment la renúncia a determinades llibertats en benefici de la "seguretat".
Dit això, afegiria que la contemplació del mapa penjat a Privacy International aboca a interessants reflexions. Milosz, Orwell i d´altres dissidents poden ser fàcilment instrumentalitzats al servei de l´apologia de les democràcies liberals. Precisament Guillem, en desenganxar el concepte de "ment captiva" del context concret de les dictadures comunistes, pretenia lluitar contra aquest perill. Doncs bé, si us fixeu en els països més vigilants (en negre) hi trobem, per una banda, ni més ni menys que les democràcies liberals per antonomàsia: EEUU i Gran Bretanya; i de l´altra, Rússia, gran part de l´antic bloc comunista i Xina. D´aquesta constatació es poden extraure múltiples reflexions:
1) El perill totalitari no té res a veure amb determinades ideologies intrínsecament dolentes (el comunisme, l´Islam...) sinó amb determinades pràctiques.
2) Les democràcies liberals disten molt de ser el paradís de les llibertats.
3) Més de mig segle de lluïta ideològica entre capitalisme i comunisme per acabar comprovant que desemboquen en la mateixa paranoia vigilant.
4) Una confirmació més de la mala intencionada bajanada de la fi de la història i de les ideologies: la caiguda del comunisme no ha suposat el triomf definitiu de la llibertat.

Enric ha dit...

Simplement apuntar que de la pel·lícula que parla Isabel (no l´he vista) a mi també me n´han parlat molt bé. (Per cert, heu vist "La vida de los otros"?)

Guillem Calaforra ha dit...

La pel·lícula romanesa que cita la Isabel vull precisament anar a veure-la aquest vespre. De La vida dels altres, un film al meu parer excel·lent, he de dir-vos que la tenim programada en el cicle de cinema en català de la Universitat, per a d'ací a poc.
I efectivament, Enric, totes les referències que van apareixent són molt rellevants. Trobe a faltar que no hajam discutit ací sobre els textos de Sztompka i Bauman. Per això estan penjats!
La idea de reformular el concepte de "ment captiva" és meua, efectivament, però el més graciós és que els Milosz (pare i fill) es van posar en contacte amb mi perquè eren partidaris entusiastes d'aquesta reformulació. L'Anthony fins i tot va arribar a dir que això podia ser el germen d'un nou paradigma en els estudis polítics (és una hipèrbole evident, però també un indici).

Anònim ha dit...

Veig que l'únic país pintat en verd és Grècia... Deu ser casualitat que sigui també l'únic país -pel que me n'han dit- on l majoria de normes de l'estil de "casc per a motociclistes" i croada antitabac encara se les passen pel cul? Ja em corregireu si m'erro (perquè no he estat mai a Grècia). Però hi ha una inquietant coincidència entre la capacitat d'aquests domesticament social i la capacitat d'intromissió estatal. I el més fotut de tot és que hi ha ciutats que saben conjuminar els dos extrems, ewncara que semble impossible com ara València! D'una banda la gent fa exactament els que els ix d'on no dic, i no passa res... i de l'altra hi ha un munt de normes estúpides en perpetu creixement... L'altre dia no vaig poder comprar una botella de wishkey en un OpenCor perquè ja passaven de les deu de la nit... Bé, i què? No pots tenir aquestes urg`pencies? Es pensen que fanb cap bé per putejar així el personal?

D'altra banda, les dues pel·lícules que comenteu em semblen molt bones. La romanesa aquesta -la vaig veure fa una setmana- és impactaqnt i m'agrada quye l'hagebn feta amb un pressupost que supose força humil. I sí, també crec que el tema de l'avortament és més aviat una excusa... L'altra, la dedicada al tema de la Stasi em va agradar perquè l'actor principal -en pau descansi- ho va fer admirablement i els altres actors crec que quadraven molt bé amb els models que intentacven retratar. Ara, hi ha una cosa que m'emprenya molt i que ja he comentat amb Philosophus Polonus: em resulta inversemblant la metamorfosi que se li produeix en un espai de temps tan breu. És massa de pel·lícula! I, en una pel·lícula així, la versemblança és important. Aquest aspecte sempre em destorba quan penso en aquesta pel·lícula que, d'altra banda, em va agradar. Sí, m va agradar, però vaig eixir del cine cabrejat.

Anònim ha dit...

Dubte molt que l'equació que planteges, Exemplator, siga vàlida: Itàlia és un país perfectament caòtic i anàrquic que surt molt malament en aquesta anàlisi del dret a la privacitat. La pura veritat és que l'Enric té molta raó: el país més criminal i injust (la Xina), agermanat en la bogeria paranoica bigbrotherista amb el pretès (i no sols autoproclamat) model mundial de democràcia...
De tota manera, jo diria que el perill totalitari no és que no tinga a veure amb certes ideologies, sinó que sí que hi ha ideologies que són un camp abonat més apte per a certes pràctiques totalitàries. De la mateixa manera que hi ha societats que s'hi presten més, i la societat hipertecnificada actual n'és un bon exemple.
Permeteu-me, a més, fer una mica d'advocat del diable. Les nostres crítiques contra la paranoia vigilant són certes, sí, i estic segur que es queden encara curtíiiiiissimes (la imaginació del Gran germà és infinítament més perversa que la nostra). Però aquestes crítiques les podem plantejar precisament perquè no vivim en el Moscou dels anys trenta, a veure si ens entenem. És clar que hi deu haver un funcionari laboriós (o dos, o els que siguen) que està llegint totes aquestes coses que pengem ací, més els nostres correus electrònics, més quaranta mil coses més. És evident que ens graven en vídeo quaranta mil vegades al dia, que ressegueixen les nostres compres a Amazon, que saben de quin peu coixeja cadascú. Però encara gràcies que... En fi, que les meues ONG internacionals preferides (Amnesty, Transparency, Privacy) ací són possibles, en alguns llocs i moments històrics no.
Dit això, que quede clar que estic a favor de la liquidació dels governs vigilants omnipresents i paranoics de tota mena. Bé, i dels governs en general també.
I per acabar amb els meus comentaris als punts de l'Enric: això de la mort de les ideologies, la fi de la història i tota la resta de xorrades imbècils del Fukuyama no mereix comentari. Mai no s'ho ha cregut ningú tret de quatre cretins i el Departament d'Estat número uno en USA.

Anònim ha dit...

Només un comentari ràpid al company Anònim.

La meva equació sobre pretès civisme i control estatal era una proposta de conya, encara que el tema del pretès civisme (com a part integrant d'un nou catecisme...) també mereixeria alguna anàlisi.

El que planteges al final del teu correu fa evident l'ambivalència d'Internet. És ben cert que ens deuen controlar fins la marca de calçotets que portem..., però també és ben cert que Internet mateix és bastant més difícil de controlar del que sembla. Fixeu-vos només en l'anècdota de la famosa portada del Jueves: Poques hores després de l'acció judicial, pertot podíem tenir accés a la publicació "segrestada"! Fins i tot a ebay! També és cert que determinats règims poden controlar millor certes accions... Posem per cas el xinès. Bé, els impedirà navegar per segons quines pàgines, als seus ciutadans, però de portes endins i de portes enfora, serà molt difícil que no es puguen saltar les barreres que imposen! Entre altres coses, la finalitat de l'Internet original -fill de la Guerra Freda, al cap i a la fi- era garantir la comunicació fins i tot en condicions extremes. Per això cada correu es copia deu vegades i s'envia per Internet pel primer lloc que es trobi lliure fins que arriba a la destinació.

Comptat i debatut: Internet és una eina neutra que pot ser emprada de múltiples maneres. Amb blocs com aquest i tants altres, la llibertat d'expressió està més assegurada, cosa que no vol dir que això sigui Xauxa. Hi ha països on ja han perseguit determinats blocaires.

Bé, poso punt final. Fins després, amics!

Guillem Calaforra ha dit...

Perdó, vaig eixir com a "anònim" perquè havia premut el botonet incorrecte... Coses del ratolí bonsai... Però era jo, supose que es notava. I aquesta anècdota em porta de nou al problema que debatem: la vigilància. Perquè és molt probable que vosaltres hajau (hàgiu, hàgeu, la mare que ho ha parit!) entrevist que el comentari era meu. Però el funcionari que vigila... eixè ho sabia des del primer moment!!! Bé, ¿vol dir això que la nostra llibertat de crítica i de maledicció és menor que si el funcionari en qüestió no existira? No, certament: ací diem el que ens ix de les respectives gònades, i no hem notat una minva de llibertat amb l'augment de la més que probable vigilància. El problema, però, és doble: (a) Primera, que aquesta consciència de ser vigilat ens fa viure la vida quotidiana amb un sentiment --implícit o no-- d'indefensió i de vulnerabilitat, cosa que contribueix a allò que Sennett anomenaria "la corrosió del caràcter". I (b) el problema no és només el fet de la vigilància, sinó que aquesta és en realitat el pressupòsit del registre i de la memòria instrumental de les institucions, i ací sí que estem venuts, perquè no tenim cap garantia, ni una ni mitja, sobre les utilitats futures de tota aquesta informació acumulada per l'estat sobre nosaltres. Per això, quan tractem sobre la paranoia vigilant en els estats de "democràcia formal" jo preferesc veure-la més com un atemptat permanent contra la dignitat que no com una limitació de la llibertat. Si voleu es tracta d'un matís semàntic i d'una qüestió rabínica, però crec que és una manera de ser rigorós.

Enric ha dit...

Us recomane, per a proseguir el debat, els seg�ents textos:

De Manuel Castells: http://www.infofilosofia.info/modules.php?name=News&file=article&sid=294
De Miguel Morey: http://www.infofilosofia.info/modules.php?name=News&file=article&sid=275

Una conclusi� se m�imposa de tot plegat: la coimplicaci� entre capitalisme i democr�cia �s una fal�l�cia hist�rica. �s important tenir a� en compte per a lluitar contra la criminilitzaci� neoliberal de les idees d�esquerra, segons la qual qualsevol defensa del paper social de l�estat ens abocaria al Gulag. El lliure mercat ens pot abocar, com diu Castells, a un totalitarisme digital. D�altra banda, els neoliberals combaten de l�estat all� que els interessa: els serveis p�blics, per� no la seua funci� polic�aca (encara que aquesta de vegades pot entrar en conflicte amb els seus interessos, com en l�exemple de qu� parla Castells). De la mateixa manera, el liberalisme econ�mic sense control pot acabar destruint el liberalisme pol�tic: per exemple, la protecci� de la vida privada.

Guillem Calaforra ha dit...

Per si no veieu els vincles que ha intentat penjar l'Enric:
http://www.infofilosofia.info/modules.php?name=News&file=article&sid=294"Castells"
http://www.infofilosofia.info/modules.php?name=News&file=article&sid=275"Morey"

Guillem Calaforra ha dit...

Perdoneu, a veure si ara funciona:
Castells
Morey

Anònim ha dit...

Xe collons, no hi ha manera de poder treballar amb tantes coses interessants per ací... Només una micronotul·la ràpida arran de les interessantíssimies aportacions de l'Enric. Especialment sobre l'article "El provenir de las instituciones totales". EM pregunto: els experiments al voltant de la castració química i les darreres notícies sobre la creació de centres de reclusió-posterior-a-la-realització-de-la condemna que sembla que vol promoure el Sarkozy per determinats casos... ¿podria ser un senyal del canvi de la Institució Penitenciària que, segons aquest article, semblabva haver-s'hi resistit? És, doncs, l'inici de la conquesta de l'última frontera...? Tot això sense bandejar els temes que ja remarca l'Enric com a objecte de reflexió: el dogma de la sagrada la vinculació capitalisme-democràcia... i tot el que se'n deriva...

Finalment: no crec que l'observació amb què acaba el Guillelmus la seva observació siga un "matís semàntic"... Sospitoq que els nostres estats "captiven" molta més informació de la qu poden gestionar. I molt sovint no saben ni per a què. Però deuen tenir la sensació que "mai no se sap", qui sap el profit que en podran treure vés tu a saber quan...

Anònim ha dit...

Home, un matís pot ser crucial en determinats contextos... Siga com siga, la diferència entre els mètodes tradicionals ("físics") d'emmagatzemament d'informació i els mètodes actuals ("virtuals") és un complet abisme. Abans tenien un esbós de les teues característiques personals, i del que feies i deixaves de fer, en carpetes i arxivadors, i això limitava molt el control "espia" de la població. Els serveis secrets tenien protocols que jerarquitzaven els objectius, perquè les seues capacitats d'emmagatzemar-ne informació no eren infinites. Avui, en canvi, la "revolució de la memòria" informàtica els ho ha posat ben fàcil, perquè poden multiplicar exponencialment la informació sobre cada ciutadà reduïnt exponencialment l'espai i la manejabilitat d'aquesta informació. Per acabar-ho d'adobar, la cursa obsessiva per fer omnipresents els aparells d'enregistrament juga evidentment a favor d'ells. La gent, sancta [aut non] simplicitas, es pensa que això de tindre càmera de fotos, agenda de contactes i internet tot plegat a la butxaca és només pa passar el rato, i d'això res. Tot juga a favor d'ells, per bé que també és cert que augmenta més de pressa la quantitat d'informació que la capacitat de processar-la "amb sentit" per a ells. Però tot arribarà.
A més, pel que fa als canvis en la institució penitenciària, la hipertecnificació multimèdia i informàtica permet cada vegada més l'ideal panòptic de què parlava Foucault, però dislocant la presó... de manera que algun dia tot el món serà també una presó, no sé si per a alguns o per a tothom, segons li convinga a l'estat.
I és curiós: acabe de parlar de l'estat fent una prosopopeia, però l'estat no és ningú i alhora són uns senyors, no "té cervell" però s'hi apliquen els cervells dels seus servidors, no actua conscientment en una direcció deliberada i alhora pren una direcció a causa de les accions dels qui el serveixen directament... En fi, és aquest joc paradoxal de "real" i "abstracte" que tenen les institucions.

Guillem Calaforra ha dit...

Al web del Patio Virtual trobareu un nou article, de Gus Hosein (London School of Economics), molt a propòsit de la megavigilància internètica: "Ells saben on sou". Una altra ronda, va: paga la casa!