dijous, 29 de març del 2012

La huelga

Cuelgo en esta página dos textos de personas o medios por los que siento respeto intelectual y que me han llegado en los últimos días gracias a Facebook, por si pudieran ser de vuestro interés o quisierais tomar una "ronda de cervezas virtual" comentándolos:

1) José Antonio Palao:
"Voy a hacer huelga el día 29 de marzo. No creáis que ha sido una decisión fácil. Vi a mucha gente criticar el bipartidismo en el último período electoral, pero no he visto a casi nadie de aquellos criticar el bisindicalismo, que ha resultado tan o más perjudicial que aquél para los intereses de los trabajadores en el Estado español. Comparto con la mayoría de mis amigos y compañeros renuentes a hacer la huelga, el estado de hastío ante estos sindicalistas burocratizados y apoltronados cuya única función en los últimos años, de cara al interés general, ha sido convocar estas bochornosas huelgas de un día que para lo único que sirven es para domesticar a la clase trabajadora induciéndola a creer que eso es todo lo que se puede hacer en la lucha contra la explotación, y consiguiendo así acallar los ánimos de los explotados. Llevan décadas sin haber conseguido absolutamente nada relevante por estos métodos y sometiendo cualquier otro tipo de lucha al ninguneo y al ostracismo. Si para los partidos institucionales la democracia consiste en votar cada cuatro años, para esta gente parece que la lucha de los asalariados consiste en manifestarse el 1 de mayo y hacer una de estas huelgas folclóricas cada x.
¿Qué me ha hecho, pues, cambiar de opinión? Sencillamente, que a través de conversaciones, en la calle o en las redes sociales he visto que este movimiento del 29M ha ido sirviendo de aglutinador de las fuerzas antiderechistas en todo el Estado, más la absoluta convicción de que un fracaso de esta huelga sería otra carta en blanco y otro espaldarazo al bárbaro dogmatismo liberal de los recortes y el debilitamiento del papel redistributivo del Estado, que es, a través de la educación, la sanidad, la cultura y las ayudas a las víctimas del capitalismo, la única función noble que le queda. No oculto mis cartas: ha sido la actitud de muchos de mis contactos libertarios hechos en los últimos meses, pese a que yo nunca me he definido como anarquista, los que me han acabado convenciendo de que estamos ante una oportunidad única de coordinar las diversas luchas anticapitalistas. Por eso, voy a hacer la huelga y escribo este post para influir en los indecisos –por miedo, por hastío de los burócratas de UGT y CCOO, por todas las razones que he expuesto en el párrafo anterior- que pudieran leerme y llamarlos a secundar la convocatoria. En política no puede haber principios absolutos, por muy firmes que los de cada cual sean, porque las dinámicas colectivas implican el acuerdo, la búsqueda de alianzas, la cesión, la estrategia frente al enemigo común. No tengamos miedo. La mejor posibilidad de que la huelga no sea un drama para cada trabajador particular, por acoso de su patrón, es que ésta sea un éxito clamoroso.
Ahora bien, como profesionales del sindicalismo que son, y en tanto que huelguista el próximo jueves, les pongo a Méndez y a Toxo una condición, les exijo un compromiso: si la huelga es un éxito no hagáis la jugarreta de siempre y llevad las demandas de los trabajadores hasta sus últimas consecuencias. Si la huelga fuera un fracaso, se os debería caer la cara de vergüenza, si como profesionales del sindicalismo que sois, no dimitís inmediatamente y dejáis que dirija la lucha obrera gente más capaz, más honesta, más creativa. Gente cuya talla moral e intelectual esté a la altura de lo que exigen los tiempos. Hay millones."

2) Revista de cine "Shangri La - Textos Aparte":

"Estos días hemos leído y escuchado muchas opiniones sobre la convocatoria de la huelga desde la izquierda no exentas de dudas al respecto por el papel que juega quien la ha convocado, y sobre la necesidad de buscar nuevas fórmulas porque se duda que una huelga de estas características sea realmente eficaz, etc.

Nuestro sentir lo resume el pequeño titular que los amigos de la Llibreria Xoroi ha publicado en su muro y que compartimos plenamente. Mañana cerramos por huelga, sin mirar quien la convoca. Sin ninguna duda. Tenemos la imperiosa necesidad de protestar y movilizarnos más allá de otras cuestiones.

Tras las burocracias sindicales y al margen de los propios sindicatos mayoritarios se encuentran todos aquellos con quiénes queremos estar. Defendamos los derechos que tanto años de esfuerzo y lucha ha costado conquistar.

Mañana estaremos en huelga y en la calle."

Fragmento de "Con uñas y dientes" (1978) de Paulino Viota, película que se anunció como "la primera película española de lucha de clases":

2 comentaris:

Guillem Calaforra ha dit...

Estic d'acord amb els textos que proposes, i no hi afegiria res de res. Tot i que "tècnicament" no puc, avui faig vaga i, per primera vegada en la vida, aniré a la manifestació convocada per la màfia bisindicalista. No per ells, només faltaria, sinó contra tota la indignitat que amenaça d'ofegar-nos a tots. Evidentment aquesta "pataleta" és una vergonya, una paròdia de vaga, i no aconseguirem res de res, però si no ens prenem seriosament ni tan sols les accions de força simbòliques estem completament acabats, i més val que ens posem el jou nosaltres mateixos. En resum: no per convicció ni per gremialisme, sinó per obligació cívica, avui faig vaga i eixiré al carrer. I m'agradaria que molts, moltíssims més, ho fessin.

Josep J. Conill ha dit...

Els textos que ens proposes coincideixen en molts aspectes amb les motivacions que m’han impulsat a realitzar la vaga. Entre elles no figuren, evidentment, ni l’actitud acomodatícia dels sindicats al llarg de tants anys, en què han procurat (i procuren) sobretot pels seus alliberats, alguns dels quals es compten entre els treballadors més ineptes de cada sector; ni tampoc la seva tímida defensa dels treballadors, que han postergat ara i adés a l’obtenció de quantioses i segures subvencions en forma de cursets de formació i altres prebendes. El que m’ha impulsat a la vaga, per dir-ho d'alguna manera, ha estat un impuls vitalista, que s’aproxima més a l’esperit del lluitador nietzschià o foucaultià que a la solidaritat de classe que s’espera(va) del proletari. I no perquè la solidaritat de classe em sembli malament, sinó perquè tal com estan les coses el que no ens podem permetre sota cap pretext, en primer lloc, és que segresten la nostra capacitat de resposta, això és, la nostra capacitat de mostrar que continuem existint i que no som un ramat de xais que es poden dur impunement i en silenci a l’escorxador.